Luis Napoleón Quiroz Avilés no es un improvisado en salud pública. Viene de dirigir el Seguro Integral de Salud (SIS), la entidad que garantiza cobertura médica para millones de peruanos sin seguro. Conoce las tripas del sistema, sus problemas, sus limitaciones presupuestales y la burocracia que lo ahoga.
Juramentó este martes como ministro de Salud en reemplazo de César Vásquez, quien renunció tras más de dos años en el cargo luego de la vacancia de Dina Boluarte. La ceremonia fue en Palacio de Gobierno, con el presidente José Jerí tomándole el juramento.
Quiroz es médico cirujano egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la universidad más antigua del Perú. Se especializó en Medicina General Integral Familiar y tiene una maestría en Bioética, lo que muestra su interés no solo en los aspectos técnicos de la medicina sino también en las dimensiones éticas del ejercicio médico.
Del campo a la gestión administrativa
La carrera de Luis Quiroz combina experiencia clínica con gestión administrativa en salud pública. Trabajó en establecimientos de salud del primer nivel de atención, donde trató directamente a pacientes, especialmente en zonas vulnerables.
Luego dio el salto a cargos directivos. Fue Director Adjunto de la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) Lima Sur, coordinando servicios de salud en distritos como Chorrillos, Villa El Salvador, San Juan de Miraflores y Villa María del Triunfo.
También dirigió la Red de Salud Barranco-Chorrillos-Surco y fue Director Ejecutivo de la Dirección de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria para Lima Sur. Son cargos técnicos que le dieron experiencia en coordinar redes asistenciales y gestionar recursos limitados.
Además trabajó en EsSalud como Gerente Central de la Gerencia de la Persona Adulta Mayor y Persona con Discapacidad, donde impulsó programas de atención integral para poblaciones específicas.
El SIS: su carta de presentación
Pero la experiencia más relevante de Quiroz es su paso por el Seguro Integral de Salud. Allí no solo fue jefe, fue el responsable de administrar y financiar la atención médica para los sectores más vulnerables del país.
El SIS atiende a más de 20 millones de peruanos que no tienen EsSalud ni seguro privado. Son los más pobres, los que dependen completamente del Estado para acceder a salud. Gestionar esa entidad implica hacer milagros con presupuestos limitados, lidiar con hospitales colapsados y garantizar que al menos los servicios básicos lleguen a todos.
Como jefe del SIS, Quiroz lideró estrategias de aseguramiento universal, fortaleció la transparencia en el uso de fondos y trabajó en ampliar la cobertura a zonas rurales donde antes no existía. Conoce de primera mano las brechas brutales que existen entre la salud urbana y rural.
También se desempeñó como Director General de Operaciones en Salud (DGOPS) del Minsa, donde supervisó la operatividad de servicios a nivel nacional, coordinando redes asistenciales y dando seguimiento a la implementación de políticas sanitarias.
Un sistema de salud al borde del colapso
Luis Quiroz hereda un Ministerio de Salud en crisis profunda. Los hospitales públicos están colapsados: largas colas para conseguir citas, equipos médicos obsoletos o inexistentes, medicamentos que no llegan, infraestructura deteriorada.
Las brechas de cobertura son enormes. En Lima conseguir una cita puede tomar semanas; en zonas rurales puede tomar meses o simplemente no existir. Miles de peruanos mueren cada año de enfermedades curables porque no acceden a tiempo a servicios de salud.
El personal médico está desmotivado y mal pagado. Los médicos jóvenes hacen guardias de 36 horas seguidas por sueldos miserables. Las enfermeras trabajan en condiciones precarias. Los técnicos ni siquiera tienen contratos estables.
Y encima está el tema presupuestal. El Minsa siempre necesita más plata de la que tiene. Cada año pide más presupuesto y cada año el MEF le dice que no hay. Quiroz tendrá que pelear por recursos con una ministra de Economía, Denisse Miralles, que viene con instrucciones de mantener la disciplina fiscal.
El voto de confianza y las presiones políticas
En menos de 30 días, Quiroz deberá presentarse ante el Congreso junto al resto del gabinete para pedir el voto de confianza. Allí los congresistas le exigirán respuestas sobre cómo planea mejorar el sistema de salud sin aumentar el presupuesto (porque eso es políticamente impopular).