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¿Quién es César Díaz Peche? El general del VRAEM que llega al Ministerio de Defensa con experiencia en inteligencia militar

El general retirado César Díaz Peche juramentó como ministro de Defensa en el gabinete de José Jerí. Su nombramiento genera controversia porque en 2023 fue uno de los primeros generales del Ejército condenados por la justicia militar, aunque meses después fue absuelto. Ahora tendrá la responsabilidad de conducir las Fuerzas Armadas en medio de la crisis de seguridad.

Un militar con experiencia pero también con polémica

Cuando César Díaz Peche levantó la mano derecha este martes 14 de octubre para jurar como nuevo ministro de Defensa ante el presidente José Jerí, muchos peruanos se preguntaron quién era este general retirado del Ejército que ahora tendrá a su cargo las Fuerzas Armadas del país.

La respuesta es compleja. Por un lado, Díaz Peche es un militar con una trayectoria consolidada en operaciones militares y experiencia en zonas de conflicto como el VRAEM. Por otro, su nombre saltó a la luz pública en 2023 por razones que nada tuvieron que ver con hazañas militares: fue condenado por la justicia militar a tres años de prisión, convirtiéndose en uno de los primeros generales de división del Ejército Peruano en recibir una sentencia de este tipo.

Pero la historia no termina ahí. Meses después, esa condena fue completamente anulada y el general fue absuelto de todos los cargos. ¿Qué pasó realmente? Vamos por partes.

La condena que sacudió al Ejército en 2023

En 2023, el nombre de César Díaz Peche apareció en los titulares de todos los periódicos, pero no precisamente por méritos militares. La Sala Suprema de Guerra lo halló responsable del delito de "Exceso en el Ejercicio del Mando", junto a su colega el general Luis Enrique Arroyo Sánchez.

La sentencia inicial no fue nada suave: tres años de prisión, además de una multa económica e inhabilitación para ejercer funciones públicas. Para entender la gravedad del asunto, hay que considerar que era la primera vez en mucho tiempo que un general de división del Ejército peruano era condenado por la justicia militar-policial.

¿Cuál fue el problema? Todo se originó cuando ambos oficiales estaban al mando de la Quinta División del Ejército en Loreto. Según las investigaciones, ordenaron entregar varios motores fuera de borda a un civil para su supuesto mantenimiento, pero sin contar con el informe técnico correspondiente que la ley exigía.

Aquí viene lo interesante: las investigaciones revelaron que esos motores ya estaban en buen estado cuando fueron transferidos por la Comisión Nacional de Bienes Incautados (Conabi). Es decir, no necesitaban mantenimiento alguno. Esto generó sospechas de un manejo irregular de bienes estatales y fue lo que llevó al caso ante los tribunales militares.

La absolución que cambió todo

Pero la historia no terminó con esa condena. César Díaz Peche no se quedó de brazos cruzados y recurrió la sentencia. Después de varios meses de apelaciones y revisiones del proceso, la Sala Suprema del Fuero Militar Policial decidió revisar nuevamente el caso.

Y aquí viene el giro dramático: el tribunal terminó absolviendo a Díaz Peche de todos los cargos y anuló la sentencia anterior. ¿Por qué? Según el fallo, no existían pruebas suficientes para confirmar que hubo una conducta dolosa (es decir, con intención de hacer daño) ni que se generó un perjuicio concreto al Estado.

En otras palabras, los jueces concluyeron que, aunque pudo haber errores procedimentales o administrativos, no había evidencia de que el general actuara con mala intención o que el Estado resultara efectivamente perjudicado por sus decisiones.

Esta absolución le abrió nuevamente las puertas del servicio público, aunque para entonces Díaz Peche ya se había retirado del servicio activo del Ejército.

La experiencia que cuenta: el VRAEM y la lucha antiterrorista

Más allá de la polémica judicial, César Díaz Peche tiene en su hoja de vida algo que probablemente pesó mucho en su nombramiento: su experiencia en el Comando Especial del VRAEM (Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro).

El VRAEM es una de las zonas más complejas del país. Allí confluyen el narcotráfico, los remanentes terroristas de Sendero Luminoso, la pobreza extrema y el difícil acceso geográfico. Operar en esa región no es tarea fácil, y Díaz Peche participó en diversas operaciones orientadas a combatir movimientos insurgentes.

Su perfil se caracteriza por un conocimiento profundo en inteligencia militar estratégica y en la conducción de comandos operacionales. Estos son aspectos técnicos que lo distinguen dentro de la estructura castrense peruana y que, según han señalado fuentes del gobierno, fueron determinantes para su selección.

Ana Zegarra, vocera del partido Somos Perú, explicó que el presidente José Jerí ha priorizado en su gabinete la designación de figuras con "la capacidad técnica" necesaria para encabezar los ministerios. En el caso de Defensa, esa capacidad técnica vendría dada por la experiencia militar de Díaz Peche en operaciones de campo y en inteligencia.

Un perfil militar clásico en tiempos convulsos

César Díaz Peche representa lo que podríamos llamar un perfil militar "de la vieja escuela". Es un oficial que se forjó en el campo de batalla, en operaciones reales contra amenazas concretas, y que conoce desde adentro el funcionamiento de las Fuerzas Armadas.

No es un político que llega a Defensa desde el Congreso, ni un civil con experiencia en gestión pública pero sin conocimiento militar. Es un general retirado que ha mandado tropas, que ha estado en zonas de conflicto y que entiende la jerga y la cultura castrense.

Esto puede ser una ventaja o una desventaja, dependiendo del cristal con que se mire. Por un lado, le otorga credibilidad ante sus antiguos colegas de las Fuerzas Armadas y facilita la comunicación con la institución militar. Por otro, algunos analistas cuestionan si tiene la visión estratégica más amplia que requiere el cargo ministerial, que va mucho más allá de lo estrictamente operativo.

Los desafíos que enfrenta en el Mindef

César Díaz Peche asume el Ministerio de Defensa en un momento particularmente delicado para el país. La crisis de seguridad ciudadana ha alcanzado niveles alarmantes, con extorsiones, sicariato y presencia del crimen organizado en prácticamente todas las ciudades del país.

Aunque la seguridad ciudadana es responsabilidad principalmente del Ministerio del Interior y la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas están cada vez más involucradas en tareas de apoyo, especialmente en el control territorial y en la lucha contra el narcotráfico en zonas como el VRAEM.

El nuevo ministro deberá trabajar en coordinación estrecha con su par del Interior, el general PNP en retiro Vicente Tiburcio, para articular una estrategia conjunta que permita enfrentar las amenazas a la seguridad nacional.

Además, deberá gestionar temas internos de las Fuerzas Armadas, como la modernización del equipamiento militar, el bienestar del personal, la profesionalización de las tropas y el mantenimiento de la disciplina institucional.

¿Un militar controvertido o un profesional mal juzgado?

La pregunta que muchos se hacen es: ¿estamos ante un militar controvertido que fue salvado por tecnicismos legales, o ante un profesional competente que fue mal juzgado inicialmente?

La respuesta depende de a quién se le pregunte. Para sus defensores, la absolución demuestra que nunca hubo mérito real para la condena inicial y que se trató de un caso inflado que no resistió un análisis más profundo. Argumentan que en el Ejército es común que se judicialicen decisiones administrativas que, en el peor de los casos, deberían resolverse con sanciones disciplinarias pero no penales.

Para sus críticos, el hecho de que haya sido llevado a juicio y condenado inicialmente por la propia justicia militar es una señal de alarma que no puede ignorarse, independientemente de que luego haya sido absuelto. Señalan que donde hay humo, generalmente hay fuego, y que la absolución pudo deberse a vacíos legales o falta de pruebas contundentes, más que a una demostración clara de inocencia.

Lo cierto es que César Díaz Peche llega al Ministerio de Defensa con este antecedente judicial a cuestas, lo cual sin duda generará debate y será usado por opositores políticos para cuestionar su gestión en caso de que las cosas no marchen bien.

La apuesta de José Jerí por el perfil militar

El nombramiento de Díaz Peche forma parte de una apuesta más amplia del presidente José Jerí por incorporar a su gabinete a militares y policías retirados con experiencia operativa. En el Ministerio del Interior nombró al general PNP Vicente Tiburcio, otro oficial con amplia trayectoria en la lucha antiterrorista.

Esta decisión refleja la prioridad que el gobierno de transición le otorga al tema de la seguridad, tanto interna como en sus dimensiones relacionadas con defensa nacional. La idea es que estos oficiales retirados aporten su conocimiento del terreno y su capacidad para tomar decisiones operativas rápidas.

Sin embargo, también plantea interrogantes sobre si perfiles eminentemente militares tienen la flexibilidad y la visión política necesaria para gestionar carteras que, aunque técnicas, requieren también habilidades de negociación, diplomacia y construcción de consensos.

El tiempo dirá

César Díaz Peche tiene por delante una tarea nada fácil. Deberá demostrar que su experiencia militar puede traducirse en una gestión ministerial efectiva, que su pasado judicial no será un lastre y que puede trabajar en equipo con otros ministros para enfrentar la crisis de seguridad.

El gobierno de transición de José Jerí durará hasta julio de 2026. En ese tiempo, el nuevo ministro de Defensa tendrá que probar que fue la persona correcta para el cargo, más allá de las controversias que puedan rodear su nombramiento.

Por ahora, César Díaz Peche tiene la confianza del presidente y el respaldo de un sector importante de las Fuerzas Armadas. Lo que haga con esa confianza en los próximos meses determinará cómo será recordada su gestión al frente del Mindef.

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