Luis Enrique Bravo de la Cruz pasó años trabajando en el sector eléctrico peruano. Conoce torres de alta tensión, subestaciones, sistemas de transmisión y distribución. No es economista ni político; es un ingeniero de campo que entiende cómo fluye la electricidad desde las centrales hasta los hogares.
Juramentó este martes como ministro de Energía y Minas en reemplazo de Jorge Luis Montero. Es Ingeniero Electricista egresado de la Universidad Nacional del Centro del Perú, donde obtuvo su bachillerato en 1998 y el título profesional en 2003.
Complementó su formación técnica con una maestría en Administración en la Universidad ESAN (grado obtenido en 2000), lo que le dio herramientas de gestión empresarial además del conocimiento técnico puro.
Esa combinación de ingeniería y administración es típica en profesionales del sector energético que eventualmente asumen cargos directivos.
La experiencia en Electrocentro
El cargo más importante de Bravo en el sector privado fue como Gerente Técnico de Electrocentro S.A., una empresa distribuidora de electricidad que opera en la sierra central del Perú.
En ese rol se encargó del desarrollo, mantenimiento y proyección de redes eléctricas. No es trabajo de escritorio; implica supervisar cuadrillas que instalan postes, tendido de cables, mantenimiento de subestaciones, atención de emergencias cuando hay cortes.
En diversos documentos regulatorios y planes de inversión aparece como responsable técnico, lo que evidencia su participación directa en la gestión de proyectos eléctricos de envergadura.
Trabajar en una distribuidora eléctrica le dio experiencia práctica sobre los problemas reales del sector: hurto de energía, infraestructura obsoleta, dificultades para llegar a zonas rurales, conflictos con usuarios por tarifas.
Participación en planificación del sistema eléctrico
El nombre de Bravo aparece asociado al Plan de Inversiones 2025-2029 para sistemas de transmisión eléctrica, donde figura como firmante de anexos y comunicaciones técnicas.
Esta participación refleja su involucramiento en iniciativas que articulan el trabajo del sector privado con las exigencias regulatorias del Estado. La planificación del sistema de transmisión es crucial: define qué líneas nuevas se construyen, qué subestaciones se amplían, cómo se integran las nuevas centrales generadoras.
Son decisiones técnicas pero con enormes implicancias económicas. Una línea de transmisión mal planificada puede generar cuellos de botella que impidan evacuar energía de centrales generadoras, haciendo que inversiones de cientos de millones queden subutilizadas.
Paso previo por el Minem
Bravo no es completamente nuevo en el ministerio. En 2022 fue designado asesor de alta dirección del despacho ministerial, un cargo de confianza que luego abandonó mediante renuncia.
Ese antecedente muestra que ya conocía el Minem desde adentro, había trabajado en temas de política energética y tenía contactos en la institución.
Ahora regresa, pero ya no como asesor sino como el ministro titular. Es un salto grande que implica asumir responsabilidades políticas además de las técnicas.
Los desafíos del sector energético
El Ministerio de Energía y Minas maneja dos sectores cruciales pero completamente distintos: energía (electricidad, hidrocarburos) y minería. Cada uno tiene problemas propios.
En energía eléctrica:
Inversión estancada: Se necesitan nuevas centrales generadoras y líneas de transmisión, pero los proyectos se demoran años por trabas ambientales, conflictos sociales y demoras regulatorias.
Energías renovables lentas: El Perú tiene enorme potencial solar y eólico, pero el despliegue de estas tecnologías avanza lento. Seguimos dependiendo principalmente de gas natural e hidroeléctricas.
Electrificación rural incompleta: Miles de comunidades rurales todavía no tienen electricidad o dependen de paneles solares domiciliarios insuficientes.
Tarifas eléctricas politizadas: Cada vez que hay presión por subir tarifas (necesario para financiar inversiones), el gobierno cede a la presión política y congela precios, descapitalizando a las empresas.
El sector minero: el otro dolor de cabeza
En minería, los problemas son igual de complejos:
Conflictos sociales brutales: Cada proyecto minero nuevo genera protestas de comunidades que temen contaminación o pérdida de tierras. Proyectos como Tía María llevan décadas paralizados.
Minería informal devastadora: En Madre de Dios, Puno y otras regiones, la minería ilegal arrasa ecosistemas, contamina ríos con mercurio y está controlada por mafias.
Caída de inversión: La incertidumbre política y los conflictos sociales ahuyentan inversión minera. Las grandes empresas prefieren invertir en Chile o México donde hay más estabilidad.
Permisos que tardan años: Conseguir los permisos ambientales y sociales para un proyecto minero puede tomar una década. Ninguna empresa puede esperar tanto.
Bravo conoce electricidad, ¿pero minería?
El problema evidente es que Luis Bravo tiene experiencia en el sector eléctrico pero no está claro que conozca minería.
Son mundos completamente distintos. La electricidad es principalmente ingeniería y regulación económica. La minería involucra geología, metalurgia, química, además de conflictos socioambientales extremadamente complejos.
¿Podrá Bravo manejar efectivamente ambos sectores? Probablemente delegue la parte minera en viceministros y equipos técnicos especializados. Pero como ministro, debe tomar decisiones finales y defender políticas sectoriales ante el Congreso y la opinión pública.
La relación con Osinergmin y Ositran
El Minem no opera solo. Trabaja estrechamente con organismos reguladores como Osinergmin (que regula energía y minería) y Ositran (que supervisa infraestructura de transporte, incluyendo ductos de hidrocarburos).
Curiosamente, Bravo trabajó como supervisor económico-financiero de Ositran, así que conoce el mundo regulatorio desde esa perspectiva.
La relación entre el Minem (que diseña políticas) y los reguladores (que las implementan y fiscalizan) a veces es tensa. Los ministros quieren flexibilidad política; los reguladores defienden criterios técnicos. Bravo tendrá que navegar esas tensiones.