Miguel Ángel Espichán Mariñas es de esos funcionarios públicos que pasan años trabajando en un tema específico sin que nadie fuera del sector conozca su nombre. Trabajó más de una década en gestión ambiental, siempre en roles técnicos, lejos de reflectores mediáticos.
Juramentó este martes como ministro del Ambiente, solo cuatro días después de que José Jerí asumiera la presidencia. Es abogado egresado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) con diplomatura en Derecho Ambiental por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).
También tiene una maestría en Derecho Civil y Comercial en San Marcos, formación que complementa su especialización ambiental y le da conocimiento sobre regulación de recursos naturales y contratos relacionados con proyectos extractivos.
Su perfil es claramente técnico-legal: alguien que conoce las normas ambientales, entiende los procedimientos de certificación y fiscalización, y sabe cómo se tramitan expedientes de evaluación de impacto ambiental.
Más de diez años en el Senace
La experiencia más relevante de Espichán es su paso por el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace), la entidad que evalúa y aprueba los estudios de impacto ambiental de grandes proyectos de inversión.
Ocupó diversos cargos: asesor de la Presidencia Ejecutiva, jefe de la Oficina de Asesoría Jurídica, jefe de la Unidad Técnico Normativa y subdirector de Proyección Estratégica y Normatividad.
El 3 de octubre de 2025, apenas once días antes de su nombramiento como ministro, fue designado gerente general del Senace, el cargo más alto de la institución. Duró solo once días en ese puesto antes de saltar al ministerio.
Este conocimiento profundo del Senace es importante porque esa entidad es clave en la aprobación de proyectos mineros, energéticos y de infraestructura. Espichán conoce desde adentro cómo funcionan (o se traban) los procesos de certificación ambiental.
Experiencia en otros sectores ambientales
Entre 2023 y 2024, Espichán trabajó en el propio Ministerio del Ambiente como asesor del Viceministerio de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales. Ya conocía el ministerio desde adentro antes de asumir como titular.
También trabajó en el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), donde estuvo a cargo de la Subdirección de Instrucción y de la Dirección de Fiscalización Forestal y de Fauna Silvestre.
Osinfor es la entidad que fiscaliza el aprovechamiento sostenible de recursos forestales y de fauna silvestre. Combate la tala ilegal, supervisa concesiones forestales, sanciona infracciones. Es un trabajo técnico pero también peligroso: hay mafias madereras que amenazan y atacan a fiscalizadores.
Además prestó servicios legales al Ministerio de la Producción, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo y al Sencico (Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción).
El legado de Juan Castro: la COP30
Miguel Ángel Espichán reemplaza a Juan Carlos Castro, quien renunció pocos días después de haber presentado la hoja de ruta hacia la COP30, un plan estratégico para fortalecer la participación nacional en la próxima cumbre climática internacional que se realizará en 2025 en Brasil.
La COP30 es crucial porque allí los países revisarán y actualizarán sus compromisos climáticos. El Perú, como país vulnerable al cambio climático (glaciares que se derriten, fenómenos El Niño más intensos, sequías en la sierra), tiene enorme interés en que se adopten acuerdos ambiciosos.
Castro había dejado trazada la estrategia. Ahora Espichán debe ejecutarla. El problema es que implementar agendas climáticas requiere recursos, voluntad política y coordinación intersectorial que no siempre están disponibles.
Los desafíos ambientales del Perú
El Ministerio del Ambiente enfrenta problemas enormes:
- Deforestación brutal en la Amazonía: Miles de hectáreas de bosque se pierden cada año por tala ilegal, minería informal, cultivos de coca y expansión agropecuaria desordenada.
- Minería ilegal devastadora: En Madre de Dios, Puno y otras regiones, la minería ilegal arrasa ecosistemas y contamina ríos con mercurio. El Estado no logra controlarla.
- Contaminación urbana: Lima es una de las ciudades con peor calidad de aire de América Latina. Los ríos urbanos son cloacas abiertas llenas de desechos industriales y aguas servidas.
- Cambio climático acelerado: Los glaciares peruanos han perdido más del 50% de su masa en las últimas décadas. Esto afecta disponibilidad de agua para ciudades y agricultura.
- Conflictos socioambientales: Comunidades rurales protestan contra proyectos mineros que temen contaminarán sus aguas. Estos conflictos paralizan inversiones pero también evidencian problemas reales de gestión ambiental.
El Minam: un ministerio sin poder real
El problema fundamental del Ministerio del Ambiente es que tiene poco poder real. No controla directamente los sectores que más impacto ambiental generan: minería (depende de Energía y Minas), agricultura (depende de Midagri), pesca (depende de Produce).
El Minam coordina, opina, establece estándares, fiscaliza. Pero no puede ordenar directamente. Si el ministro de Energía y Minas quiere aprobar un proyecto minero controvertido, el ministro del Ambiente puede objetar pero no tiene poder de veto.
Espichán deberá trabajar con otros ministros, especialmente con Luis Bravo (Energía y Minas) y Vladimir Cuno (Agricultura), para intentar que las políticas sectoriales incorporen criterios ambientales. Pero será una negociación constante donde el Minam generalmente tiene las de perder.