Óscar Fernández Cáceres corrió por el Perú en mundiales de atletismo. Saltó, compitió, representó al país en los años 80 y 90. Después dirigió el deporte nacional como presidente del Instituto Peruano del Deporte (IPD). Ahora debe enfrentar algo completamente distinto: la crisis del empleo en el Perú.
Este martes juramentó como ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, reemplazando a Daniel Maurate. Es abogado por la Universidad San Martín de Porres, con especialización en Gestión Municipal por ESAN. Suma más de 25 años de experiencia profesional, pero casi toda en gestión deportiva, educativa y municipal.
Su paso por temas laborales es inexistente. No ha trabajado en el Ministerio de Trabajo, no ha sido abogado laboralista, no ha dirigido sindicatos ni áreas de recursos humanos de empresas grandes. Es, básicamente, alguien que salta de un sector a otro completamente diferente.
La carrera deportiva que lo hizo conocido
Entre 1986 y 1994, Fernández fue atleta de alto nivel. Representó al Perú en competencias internacionales importantes: el Mundial de Atletismo en Roma 1987, el Mundial Universitario en Alemania 1989 y campeonatos juveniles en Sudbury (Canadá) y Alemania 1988.
No fue medalla olímpica ni estrella mundial, pero sí un atleta respetable que compitió en circuitos internacionales. Esa experiencia le dio disciplina, capacidad de trabajo bajo presión y visibilidad pública.
Después de retirarse como atleta, Fernández se dedicó a la gestión deportiva. Fue presidente de la Federación Peruana de Atletismo, donde logró lo que llamó "los mayores éxitos deportivos de la historia del atletismo nacional", incluyendo 14 clasificaciones a los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Es un logro importante. Clasificar atletas a olimpiadas requiere desarrollar talentos desde la base, darles entrenamiento de calidad, financiar sus competencias internacionales. Fernández demostró capacidad de gestión en un sector con recursos limitados.
Presidente del IPD: modernización deportiva
Entre 2016 y 2018, Fernández dirigió el Instituto Peruano del Deporte (IPD), la entidad estatal encargada del deporte nacional. Implementó reformas orientadas a la masificación del deporte, la detección de talentos y el apoyo a la alta competencia.
También mejoró aspectos de gestión pública e impulsó el programa Top Perú Lima 2019, enfocado en preparar a los atletas peruanos para los Juegos Panamericanos que el país organizaría en 2019.
Su gestión en el IPD fue considerada positiva. Modernizó procesos, trajo algo de orden administrativo y mantuvo un perfil técnico más que político. Pero gestionar el IPD es completamente distinto a gestionar el Ministerio de Trabajo.
Del deporte a la educación
Antes de saltar a política, Fernández también tuvo experiencia en gestión educativa. Presidió la institución educativa La Molina Christian Schools, manejando una oferta académica de 400 alumnos en primaria y secundaria.
Al momento de su designación ministerial, estaba a cargo de la Dirección Nacional de Educación Física y Deporte del Ministerio de Educación, promoviendo el deporte escolar y coordinando los Juegos Escolares Deportivos y Paradeportivos (JEDPA), que en 2024 alcanzaron un récord de más de 856,000 participantes.
También lideró iniciativas pedagógicas integrales en deporte y arte, así como concursos y olimpiadas académicas a nivel nacional. Todo muy loable, pero nuevamente: nada que ver con políticas laborales.
Regidor en La Molina: política local
Fernández también ha incursionado en política municipal. Es regidor de la Municipalidad de La Molina para el periodo 2023-2026, un distrito de clase media-alta en Lima.
Anteriormente había postulado sin éxito a cargos municipales. Su trabajo como regidor le dio algo de experiencia en gestión pública local, negociación política y manejo de presupuestos municipales.
Pero, otra vez, gestionar un distrito es radicalmente distinto a dirigir la política laboral de todo un país.