Sandra Liz Gutiérrez Cuba es lo que en el partido Somos Perú llaman una "guerrera somista". La presidenta del partido, Patricia Li, la menciona así en sus publicaciones: leal, militante activa, comprometida con la causa.
Este martes juramentó como ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables ante el presidente José Jerí. Es licenciada en Educación y tiene una maestría en gestión pública. Fue regidora de Surquillo y ocupó hasta hace poco la jefatura del Centro de Modalidades Formativas del Congreso.
Pero su nombramiento llega envuelto en controversias múltiples. No solo por su propio historial judicial, sino por el contexto en el que asume: un presidente cuestionado por colectivos feministas y un país donde cada 39 minutos se denuncia un caso de violencia sexual.
Tres sentencias por no pagar aportes a la AFP
El primer problema de Sandra Gutiérrez es que tiene tres sentencias judiciales en su historial. Las tres por el mismo motivo: no cumplir con el depósito de las aportaciones al Sistema Privado de Pensiones (AFP) de sus trabajadores.
Esto significa que, como empleadora, retuvo el dinero de los aportes a la AFP de sus empleados (ese descuento que aparece en la boleta de pago) pero nunca lo depositó en las AFP correspondientes. Se quedó con esa plata.
Es una falta grave. No es que olvidó pagar; es que retuvo dinero que legalmente pertenecía a sus trabajadores y no lo entregó a donde correspondía. Durante meses o años, esos trabajadores no tuvieron aportes en sus cuentas de AFP, afectando sus futuras pensiones.
Los tres casos terminaron en sentencias judiciales contra ella. No son denuncias sin resolver; son fallos firmes que establecen su responsabilidad.
La candidatura anulada en 2022
En 2022, Sandra Gutiérrez postuló a la alcaldía de Surquillo. Pero su candidatura fue anulada por el Jurado Electoral Especial (JEE).
¿La razón? No declaró las sentencias judiciales que tenía en su contra. El JEE descubrió que había omitido información crucial en su declaración jurada.
Además, fue acusada de presentar información falsa sobre su experiencia laboral y de incluir documentos cuestionables, entre ellos una constancia de trabajo falsificada.
Cuando los jueces electorales revisaron su expediente, encontraron estas irregularidades y la descalificaron. No fue que perdió la elección; fue que ni siquiera pudo competir porque ocultó información y presentó documentos falsos.
Este antecedente es grave. Muestra un patrón de falta de transparencia y disposición a ocultar información negativa cuando le conviene.
El contexto explosivo: Jerí y las denuncias de violación
Sandra Gutiérrez asume el Ministerio de la Mujer en el peor momento posible. El presidente José Jerí enfrentó a principios de 2025 una denuncia por violación sexual.
El caso fue archivado hace dos meses por falta de pruebas suficientes, pero eso no borró las sospechas ni el rechazo que genera en amplios sectores, especialmente entre colectivos feministas.
Solo días antes del nombramiento de Gutiérrez, tuits antiguos de Jerí sobre sexo y mujeres se viralizaron en redes sociales. Usuarios de Instagram señalaron que el mandatario solía seguir a modelos y a una reconocida productora internacional de contenido pornográfico.
Todo esto ha generado un rechazo masivo de organizaciones feministas hacia Jerí. Lo consideran inapropiado para el cargo, independientemente de que la denuncia fuera archivada.
Feminicidios al alza y violencia sexual descontrolada
El contexto nacional es igual de grave. Durante la primera mitad de 2025, el Perú registró 78 feminicidios, cifra que representa un aumento del 11.4% respecto al mismo periodo del año anterior.
Y la violencia sexual es epidémica: se denuncia un caso cada 39 minutos en el país. Son números escalofriantes que muestran que el Perú es uno de los lugares más peligrosos de la región para ser mujer.
En este contexto, nombrar como ministra de la Mujer a alguien con tres sentencias laborales en su contra y que ocultó información en procesos electorales genera dudas obvias sobre su idoneidad.
La protesta feminista frente al Congreso
La semana pasada, al menos cien mujeres de colectivos feministas se concentraron frente al Congreso para protestar contra José Jerí. Vestidas de negro y con pañoletas verdes, llevaron fotografías del mandatario y carteles con la consigna "Fuera".
Liz Meléndez, directora del Centro Flora Tristán (una de las organizaciones feministas más importantes del país), manifestó su preocupación por la llegada de Jerí al poder. Aunque reconoció que la denuncia fue archivada, consideró que no se realizó una investigación adecuada.
Estas organizaciones ahora ven con enorme desconfianza el nombramiento de Sandra Gutiérrez. ¿Cómo puede una persona con sentencias laborales y antecedentes de ocultar información dirigir el ministerio encargado de proteger a las mujeres?
Experiencia limitada en temas de género
Más allá de las controversias, Sandra Gutiérrez no tiene experiencia visible trabajando en temas de género, violencia contra la mujer o políticas de igualdad.
Es educadora de profesión, fue regidora municipal, trabajó en el Congreso. Pero su currículum no muestra trabajo previo con víctimas de violencia, liderazgo en políticas de género o conocimiento especializado en la problemática de las mujeres peruanas.
El Ministerio de la Mujer no es cualquier ministerio. Requiere sensibilidad especial, conocimiento de las dinámicas de violencia de género, capacidad para trabajar con víctimas traumatizadas y comprensión profunda de las barreras estructurales que enfrentan las mujeres.
¿Tiene Gutiérrez esa preparación? No hay evidencia de ello. Llega principalmente por su lealtad política a Somos Perú, el partido del presidente Jerí.
Los desafíos del Mimp: enormes y urgentes
Sandra Gutiérrez asume un ministerio con desafíos brutales:
Feminicidios que no bajan: A pesar de años de campañas, leyes y programas, los feminicidios siguen aumentando. El sistema de protección a víctimas de violencia es ineficiente.
Violencia sexual masiva: Miles de mujeres son violadas cada año. La mayoría no denuncia por miedo, vergüenza o desconfianza en el sistema. Las que denuncian enfrentan un proceso re-victimizante.
Centros de Emergencia Mujer colapsados: Los CEM atienden a víctimas de violencia pero están sobrecargados, con poco personal y recursos insuficientes.
Pensión alimenticia incumplida: Miles de madres no reciben la pensión alimenticia que los padres están obligados a pagar. El sistema para hacerla cumplir es ineficiente.
Población vulnerable abandonada: Niños, adultos mayores, personas con discapacidad dependen de programas del Mimp que funcionan mal o están desfinanciados.
La desconfianza de las organizaciones feministas
Las organizaciones feministas que trabajan en temas de violencia contra la mujer ya manifestaron su desconfianza hacia el gobierno de Jerí. Ahora verán con escepticismo cualquier iniciativa de Gutiérrez.
Para ser efectiva, la ministra de la Mujer necesita trabajar estrechamente con estas organizaciones: conocen el terreno, atienden a víctimas, tienen experiencia de campo. Pero si la relación empieza mal por desconfianza mutua, será muy difícil coordinar.
Gutiérrez tendrá que hacer un esfuerzo enorme por ganarse la confianza de estos grupos. Deberá demostrar que, pese a su falta de experiencia previa en el tema, está genuinamente comprometida con proteger a las mujeres.
El voto de confianza: preguntas incómodas
En los próximos 30 días, Sandra Gutiérrez deberá presentarse ante el Congreso para el voto de confianza. Allí enfrentará preguntas muy incómodas:
- ¿Por qué no pagó los aportes a la AFP de sus trabajadores?
- ¿Por qué ocultó las sentencias cuando postuló a la alcaldía?
- ¿Qué experiencia tiene trabajando con víctimas de violencia?
- ¿Cómo piensa ganarse la confianza de las organizaciones feministas?
- ¿Qué hará diferente a gestiones anteriores para reducir feminicidios?
Si sus respuestas son vagas o evasivas, los congresistas y la opinión pública la devorarán. Si demuestra genuino compromiso y presenta propuestas concretas, quizás logre superar el escepticismo inicial.